Ayer fue el día. Ayer comenzó el rotatorio en el que tengo puestas más ilusiones de este año: Clínica Avanzada. Creo que es el rotatorio en el que más voy a aprender de todos. Y es por ello que decidí escoger un hospital de los grandes, de los de más popularidad en el sector, el Gregorio Marañón. Tengo puestas muchas esperanzas en estas prácticas, y espero que todo vaya sobre ruedas.
De momento no ha empezado mal. Allí nos encontrábamos mis compañeros y yo, esperando intranquilos en el vestíbulo, ahogando los nervios en comentarios y bromas, cuando pasaron a buscarnos para la habitual recepción. Nos contaron todo lo relativo al funcionamiento interno del centro y de las prácticas universitarias. Nosotros escuchábamos atentamente, aunque, a decir verdad, lo que más nos importaba de aquel recibimiento era el final, que supondría el comienzo del nuevo rotatorio. El final llegó, y por fin nos dispusimos a entrar en nuestras unidades.
Y nada más comenzar tuvo lugar mi primera sorpresa. En la elección, yo había escogido estar en la unidad de Urgencias. Sin embargo, no voy a estar allí todo el tiempo. De hecho, todavía no estoy. Los dos alumnos que escogimos esa unidad vamos a estar allí la mitad del tiempo, y la otra mitad en la unidad que llaman de Semicríticos. Ahí es donde me encuentro ahora. Esto me parece genial, puesto que voy a poder conocer aspectos que los dos ámbitos: la actuación rápida y el triage de la unidad de Urgencias, y el seguimiento continuado del paciente y manejo de monitores y aparatos de Semicríticos.
Salimos todos a la vez para repartirnos por nuestras unidades, pero yo fui el primero en llegar. Mientras mis compañeros seguían su recorrido, yo entré en mi unidad. Abrí la puerta y, de repente, ahí estaba yo. Una sala llena de monitores y aparataje, con varias personas hablando y andando de un lado para otro. Y yo. Tardé un poco en asimilar que las prácticas ya habían comenzado, pero al final lo hice. Fue un enfermero el que me acogió, y con el que estuve toda la tarde, llamémosle L. L me explicó el funcionamiento de la unidad. Es un lugar bastante más reducido que los demás donde yo he estado. Consta de doce camas para pacientes, y una de aislamiento por si fuera necesario. El equipo asistencial está formado por tres enfermeros y dos auxiliares, añadiendo en este caso dos alumnas de auxiliar. Toda cama tiene a su lado izquierdo el pertinente monitor. Sabía que las unidades de este estilo eran así, pero aún así me sorprendió. Yo estaba acostumbrado a la típica planta de hospital, con su ratio mínimo de diez pacientes por enfermero. Aquí no es así. Estos pacientes necesitan otro tipo de cuidados. Unos cuidados más individualizados y más continuos, un seguimiento más preciso y una actuación más directa. Mientras que en las unidades de hospitalización, la gráfica de evolución se hace por turnos, aquí se hace por horas. La evolución de un paciente no es la misma sesenta minutos después, incluso treinta en ocasiones. Todo lo que L. me fue enseñando tenía relación directa con ello.
El resto de la tarde transcurrió igual. Por suerte para mí, L. se volcó de lleno en mi adaptación. Me explicó el funcionamiento de diferentes monitores, es protocolo de actuación ante distintas situaciones, las técnicas de más realización... La verdad es que hacer, ayer hice poco. Me centré más en ubicarme y tener las cosas claras desde el principio. Y lo que vi muy claro es que de este lugar puedo sacar mucho. A ver qué tal se me da hoy...
Que es urgencia??que es emergencia??que es semicríticos??
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