Hoy ha llegado a mis manos un interesante artículo que recomiendo leer a todo el mundo, independientemente de su trabajo. Aquí lo dejo para que le echéis un vistazo, porque toda la entrada de hoy girará en torno a él. Una carta a Hollywood: las enfermeras no son chicas para todo.
Podría citar definiciones de enfermería de grandes enfermeras del pasado como Virginia Henderson, Dorothea Orem o Marjory Gordon, pero desgraciadamente solo las conocemos los que nos movemos en el ámbito de la enfermería. Y como esto va destinado precisamente al resto del mundo, no tendría ningún sentido. La Real Academia Española define la enfermería como "profesión y titulación de la persona que se dedica al cuidado y atención de enfermos y heridos, así como a otras tareas sanitarias, siguiendo pautas clínicas".
Parece algo obvio, pero no es algo que realmente se vea así hoy en día. La profesión de la enfermería se ha visto muy perjudicada a lo largo de la historia, y aún en la actualidad la imagen que se proyecta desde determinados sectores resulta incluso aberrante. No hay más que buscar en Google imágenes "enfermeras" para comprobarlo. El resultado es fotos de chicas con lencería fina, pose sugerente, ceñidos vestidos y escotes pronunciados. ¿Cómo hemos llegado a esto?
La enfermera es responsable directa del cuidado del paciente. Es la que observa la evolución, la capaz de detectar cualquier cambio, la que está a pie de cama alerta ante todo. El médico basa su trabajo en lo que la enfermera le dice que ha ocurrido. Mientras uno se dedica a observar datos e interpretar resultados sobre el papel, otros realizan el cuidado diario y la práctica clínica precisa, así como las auxiliares llegan allí donde la enfermera no puede por la ingente carga de trabajo que soporta. Y los tres son imprescindibles para la recuperación del paciente. Para ser enfermera no basta con ser simpática y agradable. Cuatro años de formación certifican la necesidad de una preparación, unos conocimientos clínicos. Para hacer una pequeña cura, es necesario saber qué está dañado, qué se necesita para repararlo y qué forma es la que produce menos daños. Para pinchar, hay que saber qué se está pinchando, qué consecuencias tiene y qué se puede o no introducir. Cuando una enfermera toma una tensión o una frecuencia cardíaca no lo hace para registrarlo y esperar a que el médico lo vea. El mundo no sabe la cantidad de datos que una enfermera es capaz de recabar solo con entrar a darle una pastilla al paciente y preguntarle qué tal ha dormido.
Y no digo todo esto desde la teoría. Yo vi el año pasado cómo una enfermera entró conmigo en una habitación para cambiar una medicación, y al salir comentó "este hombre tiene anemia". En apenas quince segundos fue capaz de saberlo. Observó la palidez de la piel, el cansancio del paciente, el esfuerzo del mismo por hablar y la consistencia de la sangre en la vía. Una analítica confirmó el resultado después. Esto es algo que me marcó muy profundamente. "Yo quiero ser así, eso es una buena enfermera" pensé. El mundo no puede ver lo que una enfermera piensa e interpreta al salir de una habitación. Hoy veo cómo las enfermeras de la ADA son capaces de prever todo lo que va a ocurrir, como si fueran capaces de ver el futuro. Y no fallan. Una enfermera tiene que saber anteponerse ante lo que pueda suceder. Tiene que analizar una situación, juzgar los posibles resultados y actuar en consecuencia con ellos. Ese es mi objetivo. Más allá de coger una vía a la primera, más allá de conocer al dedillo las características de todos los fármacos y lo que dicen las grandes teorías. Mi meta es ser capaz de saber qué necesita el paciente, y qué va a necesitar, para poder anticiparme a todo.
Por suerte, lo que dice este artículo yo no lo veo en mi alrededor. Creo que la sociedad no es tan ingenua de creerse esa imagen que se proyecta. Hoy en día se ve a la enfermera más clínica que antes. Cada vez que leo o veo algo del estilo que se comenta en el artículo, la indignación crece conmigo. Pero se apaga muy rápidamente al ver que son las personas de mi entorno las primeras en condenarlo. Por desgracia, aún hoy quedan hechos reprochables que desprestigian la calidad de la enfermería. No hay más que ver la presentación de Corporación Dermoestética en su salida a bolsa. Pero creo que aunque haya ciertas campañas de mal gusto, la mayoría de la población aprecia y valora muy positivamente la calidad y la formación de las enfermeras. De hecho, según el último Barómetro Sanitario, los profesionales de enfermería son el colectivo mejor valorado por los usuarios de sanidad de nuestro país, con un 7,44. Y si eso lo dicen los pacientes, por algo será.
Y no digo todo esto desde la teoría. Yo vi el año pasado cómo una enfermera entró conmigo en una habitación para cambiar una medicación, y al salir comentó "este hombre tiene anemia". En apenas quince segundos fue capaz de saberlo. Observó la palidez de la piel, el cansancio del paciente, el esfuerzo del mismo por hablar y la consistencia de la sangre en la vía. Una analítica confirmó el resultado después. Esto es algo que me marcó muy profundamente. "Yo quiero ser así, eso es una buena enfermera" pensé. El mundo no puede ver lo que una enfermera piensa e interpreta al salir de una habitación. Hoy veo cómo las enfermeras de la ADA son capaces de prever todo lo que va a ocurrir, como si fueran capaces de ver el futuro. Y no fallan. Una enfermera tiene que saber anteponerse ante lo que pueda suceder. Tiene que analizar una situación, juzgar los posibles resultados y actuar en consecuencia con ellos. Ese es mi objetivo. Más allá de coger una vía a la primera, más allá de conocer al dedillo las características de todos los fármacos y lo que dicen las grandes teorías. Mi meta es ser capaz de saber qué necesita el paciente, y qué va a necesitar, para poder anticiparme a todo.
Por suerte, lo que dice este artículo yo no lo veo en mi alrededor. Creo que la sociedad no es tan ingenua de creerse esa imagen que se proyecta. Hoy en día se ve a la enfermera más clínica que antes. Cada vez que leo o veo algo del estilo que se comenta en el artículo, la indignación crece conmigo. Pero se apaga muy rápidamente al ver que son las personas de mi entorno las primeras en condenarlo. Por desgracia, aún hoy quedan hechos reprochables que desprestigian la calidad de la enfermería. No hay más que ver la presentación de Corporación Dermoestética en su salida a bolsa. Pero creo que aunque haya ciertas campañas de mal gusto, la mayoría de la población aprecia y valora muy positivamente la calidad y la formación de las enfermeras. De hecho, según el último Barómetro Sanitario, los profesionales de enfermería son el colectivo mejor valorado por los usuarios de sanidad de nuestro país, con un 7,44. Y si eso lo dicen los pacientes, por algo será.
Felicidades!!
ResponderEliminarte dejo un artículo para que continúes tus reflexiones...
SOCIEDAD
Una enfermera en prácticas
inyecta café con leche en vena a
una anciana en Brasil
«Cualquiera se confunde», justificó la joven después de que la enferma muriera
COLPISA
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2012/10/23/enfermera-practicas-inyecta-cafeleche-
vena-anciana-brasil/00031350978260497635180.htm
23 de octubre de 2012 16:03
«Cualquiera se confunde», justificó en una entrevista a la televisión brasileña una joven
estudiante de enfermería que administró café con leche en la vena de una anciana de 80
años, que murió horas después en una clínica de Rio de Janeiro.
Rejane Moreira Telles, de 23 años, llevaba tres días de prácticas en el hospital cuando
ocurrió el accidente. La joven reconoce que era consciente del riesgo de administrar un
alimento por vía intravenosa. «Pero, como estaba todo junto, cualquiera se confunde»,
explicó en entrevista al programa 'Fantástico' de la TV Globo.«Inyecté la leche y la puse
por el lugar equivocado», reconoció la joven, que afirmó no haber recibido entrenamiento
para esos procedimientos.
Médicos consultados por el programa indicaron que el café con leche fue directo al
corazón y al pulmón. «Es como si la paciente se estuviese sofocando», dijo el médico
Armando Carreir. «Vi a mi madre agitada, abría la boca (...) Esa joven puso café con leche
en la vena de mi madre. Medio vaso», se lamentó la hija de la anciana, Loreni Ribeiro.
Además de la estudiante responsable, otras tres personas han sido inculpadas por la
muerte: otras estudiante que se encontraba en la sala y dos enfermeras.
Según recordó la cadena de televisión, otra anciana falleció en Río de Janeiro el pasado
10 de octubre por haber recibido sopa por vía intravenosa.