jueves, 1 de noviembre de 2012

DÍA 13: Como dijo Benjamin Britten...


Pues aquí estoy de nuevo, escribiendo una nueva entrada del blog y hablando de la unidad. La verdad es que ya me siento casi como uno más de la plantilla. Cada día estoy más cómodo, y lo mejor de todo es que eso no es incompatible con seguir aprendiendo. Llevo ya algún tiempo, y eso se nota en la relación con el resto de compañeros y en la agilidad de trabajo. Siento como si llevara meses aquí... y a la vez como si fuera mi primer día. Y es que siempre hay algo nuevo que añadir a mi mochila. Siempre salgo del hospital con más de lo que entro.

Dijo una vez Benjamin Britten, un director y pianista británico, que "aprender es como remar contra corriente: en cuanto se deja, se retrocede". Una simple manera de realizar una cura, una colocación especial para situar los electrodos, un truco para fijar bien una vena a la hora de canalizarla o un remedio casero para cuando los recursos no son los que necesitaríamos. Cada día hay algo, un pequeño detalle, que hace aporta algo más a mi manera de entender este precioso mundo que es la enfermería. 

Y hoy ha tenido lugar la exaltación de este hecho. Para comenzar, os diré que una de las enfermeras de la unidad está estudiando para obtener una plaza en la especialidad de matrona a comienzos del nuevo año. Lo cierto es que no sé muy bien cómo surgió el tema, pero el caso es que estando en el control, se levantó de la silla, sacó el rotulador y empezó a explicarnos en la pizarra el ciclo ovárico. "Qué tontería", pensé al principio. "¿Quién no lo conoce?". Nada más lejos de la realidad. Todo el mundo empezó a hacer preguntas. Había cosas que de las que preguntaban que yo sabía gracias al haber cursado la asignatura recientemente, y la verdad es que me enorgullecía pensar que todavía no lo había olvidado. Sin embargo otros aspectos no estaban presentes en mi memoria para nada inicialmente, sino que una vez explicados lo recordaba. Además, tuve la oportunidad de escuchar preguntas y dudas que surgían que en mi clase nunca habían surgido, y yo no me había parado a pensar.

Hoy, puedo decir que fue una de las mejores clases que he tenido con el tema, mejor que muchas de las que en la universidad nos dieron expertos y doctorados en la materia. Pero lo que más me gustó fue ver cómo una enfermera, una pizarra y un rotulador eran capaces de captar toda la atención de seis personas. Y es que es imposible recordar todo lo que se cursa a lo largo de la titulación. De nada sirven las matrículas de honor y el expediente académico si uno no se sigue formando. Desgraciadamente hoy en día se premia más la nota que el trabajo diario y la renovación de cada uno, pero lo cierto es que es necesario ir actualizándose continuamente. Si el día tuviera más horas...

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