martes, 13 de noviembre de 2012

DÍA 18: Sondaje nasogástrico


Después de todo un fin de semana, ayer fue día de volver a trabajar en la unidad. Cada semana que pasa estoy más seguro de que esta es la profesión que me gusta, y este tipo de unidades son en las que mejor me siento. Pero todavía falta mucho por aprender...

Sin ir más lejos, tuve que esperar a que llegara ayer para poder realizar por primera vez un sondaje nasogástrico. Seis meses de prácticas después, todavía no había tenido la oportunidad de aprender a hacerlo. No voy a mentir, esta vez el contexto del paciente no lo tengo muy claro, ya que era un paciente de una enfermera con la que no estuve por la tarde. Sé que la razón por la que se le puso la sonda es la administración de alimentos, debido a su imposibilidad de deglución. Otras indicaciones para poner una sonda nasogástrica son aspiración de contenido intestinal, auxiliar para diagnóstico en caso de hemorragia o traumatismo, y para infusión de medicamentos.

A la hora de realizar el procedimiento, lo primero es informar al paciente de lo que vamos a hacer y pedirle su colaboración si es posible. Se colocará en posición Fowler o Semifowler para facilitar la deglución y disminuir el reflejo nauseoso. Mediremos la longitud de la sonda a introducir, para lo cual mediremos desde el lóbulo de la oreja hasta el orificio nasal, y de ahí bajaremos hasta la apófisis xifoides del esternón, realizando una marca en la medida final. Con esta medida garantizaremos que la sonda llega a estómago. Lubricaremos el extremo a introducir con lubricante hidrosoluble, ya que va a estar en contacto con los fluidos gástricos. A continuación insertaremos la sonda en la narina del paciente en un ángulo de 60º o 90º hasta llegar a la pared de la nasofaringe, momento en el que el paciente flexionará la cabeza hacia atrás. Pediremos al paciente que degluta para facilitar el paso de la sonda a través del esófago, a la vez que avanzaremos la sonda firmemente hasta llegar a la marca realizada anteriormente. 

Verificaremos la correcta posición gástrica auscultando la región epigástrica al mismo tiempo que insuflamos aire de forma rápida con una jeringa de cono ancho, de forma que escucharemos el sonido del aire al llegar al estómago si la sonda está bien colocada. Si es así, pasaremos a fijar la sonda para evitar movilizaciones de la misma. Sin embargo, aún quedaría comprobar la correcta colocación gástrica de la sonda de manera definitiva: a través de una radiografía.

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