martes, 20 de noviembre de 2012

DÍA 22: Urgencias


Esta semana no voy a estar en el ADA. Ayer empecé los siete días en los que podré ver cómo funciona el servicio de Urgencias del Gregorio Marañón. Lo cierto es que tengo bastante inquietud por probar un servicio así, aunque sea menos tiempo. Las urgencias son casi lo más vistoso de un hospital. Lo primero que ve la gente al llegar ante un problema de carácter agudo es el servicio de urgencias. Yo estuve el año pasado en urgencias pediátricas del hospital de Fuenlabrada, y creía que todo sería similar. Nada más lejos de la realidad.

Para empezar, la dimensión ya es diferente. Evidentemente, la cantidad de población a la que atiende Fuenlabrada no es comparable a la de un hospital en pleno corazón de la capital. Si a eso le añadimos la restricción del servicio donde yo estuve (al fin y al cabo, solo era pediátrica), el resultado es una diferencia evidente. Las urgencias están divididas en varias zonas. La primera por la que pasa el paciente es triage. Tres boxes a los que los pacientes pasan según se les va llamando y las enfermeras van distribuyendo por toda la urgencia clasificádolos según el sistema Manchester de triage. Hay ocho consultas de ambulantes, zonas con sillones en las que se encuentran pacientes que no precisan de cama para tratar su patología. Tenemos también las diferentes consultas de especialidades: oftalmología, urología, otorrinolaringología... Hay también una mini-unidad de traumatología, en la que se encuentran los pacientes con lesiones articulares, óseas o musculares. También hay habilitada una zona de cirugía menor, denominada comúnmente entre el personal como quirofanito. Se trata de una pequeña sala de curas donde tiene lugar cualquier tipo de pequeña intervención que se precisa, como una sutura. Según me dijo la enfermera, "como una pequeña consulta de enfermería de centro de salud". Nos encontramos también con la zona de observación, lugar donde se encuentran todos aquellos que necesitan tratamiento y es recomendable su reposo en cama. Es como una unidad de hospitalización en la que los pacientes permanecen durante menos tiempo. Por último está el box vital o cuarto de shock, destino para todo aquel que llega en una situación de emergencia vital o riesgo de emergencia vital. Allí es donde van todos los accidentes de tráfico o situaciones de parada, por ejemplo.

La diferencia entre el ADA y las urgencias es muy notoria. La tranquilidad de un sitio no tiene nada que ver con el movimiento de otro. Mientras en un lado tienes que estar pendiente de los pacientes de forma continua, en otro el trabajo surge más de imprevistos. Son dos unidades muy diferentes. Mientras en una prima la continuidad de cuidados, en otra lo importante es la realización rápida de los mismos. La verdad es que estoy todavía en proceso de adaptación. A ver qué tal se da hoy...

1 comentario:

  1. hoy se tiene que dar a resaltar tus conocimiento, tu capacidad de adaptación y la capacidad de remar sin parar...

    A disfrutar!!y aprender!!

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